Este árbol legendario que se encuentra en la Antigua vía de Ponce a Salinas y demás pueblos que están al Este de la ciudad, pertenece a la familia de las bombáceas, cuyas ramas pueden extenderse a varios metros de distancia desde su tronco al igual que sus raíces profundas.
Para la época del Descubrimiento, este árbol contaba con muchos años de existencia y por los restos de utensilios indígenas encontrados cerca, se cree que los Taínos se reunía cerca de la vieja Ceiba para la celebración de sus ritos religiosos.
Don Eduardo Newman Gandía, en su libro sobre la Fundación de Ponce, menciona el siguiente hecho: “1696, según informe dirigido al Rey por el cura Don Francisco Sanabria, el Sr. Pedro Rodríguez llamado “El Portugués”, dio su nombre al río que pasa por Ponce, en cuyas riberas, junto a una gran ceiba, tenía el Portugués en un comercio”; esta debe ser sin duda la singular ceiba que aún existe cerca del río, San Antón.
En el año 1818, Don Alejandro Ordoñez hizo el primer mapa conocido de Ponce. En este mapa podemos notar que el río Portugués no pasaba tan cerca de la ceiba como ocurre hoy día. Para esa fecha la ceiba se encontraba en el “Bejuco Blanco”, cafetal de Don Fernando Gandía. Hay varias versiones de que debajo de la ceiba había una gran explanada (batey) que era utilizada para celebraciones y festejos de los esclavos que vivían en dicho cafetal.
Hay muchas anécdotas con respecto a este árbol. Cuando el sector donde se encuentra, no era tan poblado y era bien frondoso, se decía que era refugio de los maleantes y con ello asustaban a los niños. También fue refugio de los enamorados cuando se evadían de la vigilancia familiar y se citaban para encontrarse cerca de su enorme tronco. Al igual, era sitio de descanso de los cocheros que realizaban largos viajes.
Hoy día estamos disfrutando del parque pasivo que se hizo en contorno del legendario árbol la Ceiba. De esta forma conservaremos por muchos años este majestuoso árbol que ha visto el nacimiento y crecimiento de nuestra gran Perla del Sur, y que se ha convertido a través del tiempo en un gran símbolo que identifica a la ciudadanía ponceña.
1 comment:
Me encanta cuando pones estas historias de nuestra Isla y mas aun de nuestro PONCE. Porque recordar es volver a vivir. Continua tu trabajo de educarnos.
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