Monday, February 9, 2009

Que Fallo Cupido!

Eran como las 7 de la mañana el día de San Valentín y pues yo, como todo un galán decidí llamar al trabajo mío y el de la mujer para decirles que no íbanos a entrar hoy. Le metí una feka barata a los jefes y pues todo bien, hasta ahora.

Fuí a la cocina y, como yo me creo que soy un chef gourmet, comenzé a preparar un desayuno chévere para mi negrita que todavía se encontraba dormida en la cama. Preparé un revoltillo español; de esos que tienen pimientos y de todo un poco con tostada, bacon y un juguito de china.....a fuego! Miro el reloj y todavía tengo suficiente tiempo.

Voy al carro y busco las rosas que le tenía a la mujer y tambien los pedazitos de papel en donde había escrito un poema linea por linea. Lo que hize fue que escribí cada linea de mi poema en un papelito diferente un puse un solo papelito en cada escalón de las escaleras que van para los cuartos.....que romanticón! Al lado de cada papelito puse una de las rosas tambien....ooooof....me la comí verdad?

Cuando el desayuno estaba ready lo pongo en una bandeja super chévere y al rededor del plato pongo un par de pétalos de la última rosa que quedaba. Le llevé el desayuno a mi doñita y ella al despertar me dió una sonrisa radiante con la cual me dijo....TE AMO! Felizmente se jartó su comidita.

Al terminar la tomé de la mano y la dirigí hasta las escaleras donde ella vio la primera rosa con el papelito.....lo leyó. En el segundo escalón otro papelito y una rosa....lo leyó tambien....esto sucedió como hasta el escalón numero 5 en donde a ella se le salió una lagrima y quizo darme un abrazo.....pero todavía tenía las rosas en sus manos la cual causó que se me espetara una de las espinas en mi brazo. Yo, por el dolór dí un brinco para atras y casi me caigo por las escaleras pa' bajo. Al tratar de aguantar la caida lo que hize fui que bajé como 3 escalones de cantazo y en el tercer escalon me paré encima de una de las rosas que estaban allí dando otro brinco por otra foquin espina y de espalda caí por el abismo de las escaleras hasta chocar con la pared de fondo!

Mi mujer lo único que hacía era reirse y reirse y reirse. Terminó rápidamente de leer el poema pero entre las lineas escritas en cada papelito me miraba y se meaba de la risa. Y así fue que pasamos nuestro segundo día de San Valentín juntos.

2 comments:

Ley La Terrorista said...

diantre que bello! de no haber sido por las espinas satanikas hubiese sido perfecto!, pero eso no es na pq te quedo buena!

Nerdote said...

Chacho, olvídate de las rosas, el poema, o el desauno, el regalo más cabrón que le diste fue la pavera que le entró al ser testigo de ese papelón en las escaleras.